viernes, 19 de noviembre de 2010

El verdadero Tío Cuc



En mi anterior carta le anuncié que me proponía arrojar luz sobre el oscuro pensamiento que envuelve a su sección, que lleva como título El Tío Cuc. Y ya que al leer su escrito , lo primero con lo que uno se encuentra es, precisamente, el título de su sección, cabe pues, comenzar preguntándose ¿Qué era en realidad El Tío Cuc, la marca editorial de la que usted se ha apropiado? Basta indagar un poco para que aflore a la luz un inmenso abismo de antagonismos ideológicos entre lo que esa marca representaba y la ideología del grupo del cual es usted vocero.




Portada de El Tío Cuc

Concebido como periódico eminentemente satírico, El Tío Cuc (1914-1918, 1923-1936)fue fundado en Alicante por José Coloma Pellicer (1874- 1936), dramaturgo y periodista. Resultó ésta su creación periodística más popular, de la cual era director y principal redactor. De ideología laica, liberal y republicana, tuvo una vida arriesgada, padeciendo la censura y varios procesos judiciales e, incluso, siendo víctima de un atentado provocado por las fuerzas reaccionarias.


Recorte de El Heraldo de Alicante

La vida de esta publicación corrió pareja a la del periódico republicano El Luchador, con el que no sólo compartía una orientación ideológica eminentemente republicana, sino que también la mayor parte de los redactores -incluyendo a Coloma y Enric Valor- y los talleres de impresión. Se puede decir que eran dos productos, satírico y formal, del mismo proyecto ideológico y editorial.




El Luchador, diario republicano

El Luchador abordaba fundamentalmente contenidos políticos, sobre todo a nivel nacional, defendiendo la gestión del gobierno de Azaña, la obra reformista de las Cortes Constituyentes y el ideario de los republicanos de izquierda, en especial del Partido Republicano Radical Socialista. El cual,



Representaba a los más activos y progresistas miembros de la clase media y clase media inferior. Tenían un programa de reformas que esperaban les daría el apoyo suficiente de la clase trabajadora para detener al movimiento revolucionario que venía creciendo sin cesar desde 1917. Aspiraban, en otros términos, a la conclusión de la revolución liberal que había empezado en 1812, pero que los pronunciamientos militares, las Cortes reaccionarias y la Iglesia, que aun vivía con las ideas del siglo XVII, habían paralizado.

Como era de suponer, estos partidos republicanos de izquierda contaban en sus filas con gran cantidad de intelectuales. La famosa «generación del 98», cuyas convicciones políticas habían sido formadas por la pérdida de los últimos restos del imperio colonial; como también lo mejor de las clases profesionales: doctores, abogados, y profesores de universidad que debían su posición a la magnífica educación que habían recibido en la Institución Libre de Enseñanza, simpatizaban con ellos. Contaban con la gran mayoría de los maestros de escuela. Su cuartel general era el Ateneo de Madrid, famoso centro político y literario que había contado entre sus miembros a las figuras más distinguidas de la vida española, durante los últimos cien años. El Ateneo había sido cerrado por Primo de Rivera —cosa que el gobierno más reaccionario de Isabel II no se hubiera atrevido a hacer— y desde ese momento vino a ser el foco del movimiento republicano.


El Laberinto Español, GERALD BRENAN. Ed. Ruedo Ibérico, pág 130





Para que usted se haga una idea de la línea ideológica de ambas publicaciones, sirvan como ejemplo estas líneas que firmó Enric Valor en El Luchador en 1934:


[...]per bé nostre i per bé de tots els pobles ibèrics que mirem amb carinyo, perquè no volem que vixquen escanyats baix l’imperialisme feixístic i borbònic d’un Madrid que mor al costa d’un Madrid democràtic que naix…”
Jo sóc optimista. Sé que ens ajudaran tots els hòmens de bona voluntat de les terres ibèriques a la reconstitució de Catalunya i a la proclamació de la República federal!


Puede usted, si su molicie mental no se lo impide, aprender más sobre la ideología del primigenio Tío Cuc consultando el siguiente artículo:‘El Tio Cuc’ (1914-1936), un setmanari alacantí d'esquerres,Ferran Pastor i Belda


El tío Cuc desapareció en 1936 debido al fallecimiento de su director. El también republicano escritor y filántropo José Guardiola dijo en su necrológica: “... no fue más que periodista, periodista de fino ingenio humorístico y de acendrado republicanismo”.Con motivo de su fallecimiento, el Sindicato de Vendedores de Prensa, de la CNT-AIT, hizo público un comunicado en el que advertía que ni los quioscos abrirían, ni los vendedores callejeros saldrían «hasta después de verificarse el entierro del compañero y buen amigo Coloma».

El Luchador dejo de salir a la calle dos años después a raíz de que su redacción, sita en la calle San Francisco de Alicante, fuese bombardeada por la aviación fascista italiana la mañana del 25 de mayo de 1938. Aquella misma mañana, la más trágica de la historia alicantina, también fue bombardeado el mercado central matándose así a más de 300 civiles, la mayoría mujeres, niños y ancianos.



Ilustración que reprenta los sucesos del 25 de Mayo de 1938


El mercado central de Alicante, tras el bombardeo



En la actualidad se puede ver esta vitrina en el vestíbulo del mercado central de Alicante que conmemora el bombardeo por medio de unos objetos que se pudieron rescatar del mismo: el reloj marcando la hora en que las bombas cayeron y la sirena de alarma antiaérea, ambas entre balanzas, imprescidibles en cualquier puesto de un mercado así como símbolo universal de la Justicia.




Un mes despues del trágico suceso, Franco negó rotundamente que se bombardease a la población civil (ABC, 28 jun 1938)

Al lucir usted una marca editorial de esta índole como enseña de una sección en una publicación , aunque anónima, claramente conservadora y monárquica, muy distante del original Tío Cuc ideológica y como ya vimos, gramaticalmente, comete usted una apropiación falsaria -inmoral- y una banalización de la Historia. Esta banalización se ve agravada por el hecho de servirse del nombre Tío Cuc para atacar a un joven por el hecho de ser socialista.


Probablemente sea su pereza intelectual la que le ha tendido una trampa impidiéndole llevar a cabo el más mínimo esfuerzo de documentación sobre lo que escribe y sobre las marcas político editoriales que se atribuye usted a sí mismo; eso requeriría algo de trabajo y de rigor. En cualquier caso se trata de una clara usurpación, una impostura con la que se muestra usted totalmente desubicado y se desacredita absolutamente como pretendido etiquetador ideológico del prójimo.

Como quiera que le veo tan sumamente desorientado, me permitiré orientarle y si lo que usted desea es inspirarse en la prensa alicantina de comienzos del siglo XX, a mi juicio, el título que más apropiadamente representaría al grupo político del que usted es vocero y que me permito recomendar que gaste usted es el de La Lectura Popular.





La Lectura Popular (15 nov. 1905)

Esta publicación tiene por objeto difundir gratis entre el pueblo la sana lectura moral y religiosa presentándola bajo formas amenas y ligeras para que se propague más fácilmente.

Cada acción tiene derecho a recibir cien ejemplares de cada número o sea doscientos periódicos al mes, que el accionista reparte por sí entre sus criados, colonos, operarios, feligreses, etc y manda distribuir por las aldeas, huertas, caseríos, fábricas, escuelas, establecimientos penales y otros centros.





¿No le suena mucho más familiar?